Biblia y vida
Padre Manuel Antonio García Salcedo, PhD.
Arquidiócesis de Santo Domingo.
Fundamental es el estudio de las Sagradas Escrituras contenidas en la Bíblica Cristiana. Ante las dudas e inquietudes respecto al mismo, queremos ofrecerles una síntesis de sus diversos libros, de modo que se facilite su estudio, la oración a realzar a partir del texto y su aplicación a la vida práctica para el bien de todos.
EL LIBRO DEL GÉNESIS: A grandes rasgos podemos dividirle en dos grandes secciones: 1- Protohistoria: que comprende desde el capítulo 1 al 11, modelo de la historia de todo hombre y del pueblo al que pertenece el relato de la creación que devela: los nombres de Adán y Eva, su diálogo transgresor contra el creador, la culpa asumida por ello y la promesa de la redención de Yahveh para su descendencia dada en Caín, Abel y siguientes (cap. 2-5). Le antecede un texto litúrgico sacerdotal de redacción posterior: la creación en siete días que tiene como cumbre la hechura por la Palabra Divina de la imagen y semejanza de Dios llamada hombre y mujer (cap. 1), el relato del Diluvio universal tomado de las inundaciones ocurridas en Babilonia, lugar del exilio del Pueblo de Dios (cap. 6-10) y el relato de la Torre de Babel con miras a toda cultura, raza y lengua (cap. 11). 2- Historia patriarcal: recapitula el esfuerzo de las tribus familiares que buscaban una tierra y su agradecimiento en cada santuario donde encontraron provisión en las narraciones de Abrahán (cap. 12-23), Isaac (cap. 24-26), Jacob y sus doce hijos (27-36) y José (37-50). Los relatos originales u originarios del Pueblo de Dios.
ÉXODO: Varias tradiciones en el segundo libro de las Sagradas Escrituras nos muestran a Moisés como el hombre elegido por Dios para encabezar la liberación de su Pueblo esclavo en Egipto (cap. 1-7). De manera épica litúrgica se describen las diez plagas o crisis que servirán para desestabilizar al régimen opresor y la emancipación de sus esclavos expresada en el glorioso Cántico de Moisés (8-15). La Marcha por el desierto hacia la libertad de administrar la tierra propia con una sola religión del Dios vivo que les liberó. Eje en el cual gravita toda la relación histórica de los hijos de aquella nueva nación a conformarse como Alianza de Dios en el Sinaí y la rebelión recurrente del Pueblo liberado (16-24). Para hacer memoria de todo fue necesaria la estructura que cohesiona a toda sociedad: el Templo (25-40).
LEVÍTICO: Las leyes sagradas de la Antigua Alianza abarcan lo social, lo sanitario, lo litúrgico y lo económico que corresponden a una época y contexto determinado que dieron estructura a diversas agrupaciones que necesitaban regularizar su sana interacción y desarrollo, dándole identidad de nación a sus habitantes. Tras las leyes del culto y sus ofrendas (cap. 1-16), comienza el código de la santidad del pueblo como estatus y diferenciación de los demás pueblos que le rodean (17- 27).
NÚMEROS: Ya el Génesis presentaba en la Protohistoria varios listados genealógicos. Números (cap. 1-5), como otros libros similares de la tradición del AT requieren de una paciencia titánica para leer y estudiar sus primeras secciones. Estos textos buscan la cohesión de la nación sagrada y son complementados por leyes de culto que crean nexos comunes (6-10). Recordar que todas estas narraciones teológicas de la historia del Pueblo de Israel tienen su cumplimiento en el tiempo de la Iglesia y su sana actualización por el Magisterio del Papa y los Obispos en comunión con él. Otros relatos de la travesía épica por el desierto resaltan también la mano providente y correctiva del Dios en el cual reconocen su llamado y su vocación de Pueblo de su propiedad, a la par de las infidelidades de sus integrantes. Moisés y su hermano, el sacerdote Aarón, están al frente de la Asamblea que decide el destino de todos por alcanzar (11-36).
DEUTERONOMIO: La segunda ley es declaración de fe en la alianza de Dios con su Pueblo. Escrito antes del Levítico y Números. Una compilación orgánica de las antiguas leyes de Israel donde se encuentra la vida de todos. En el trasfondo percibimos el espíritu profético que parte de la fidelidad y el amor de Dios por su Pueblo. La respuesta ha de ser la fraternidad y la solidaridad entre todos. 34 capítulos lo conforman. Moisés es el gran legislador. La observancia de la ley es un precepto divino. Dios mismo es el autor nos indican los primeros capítulos. En el capítulo 5 se nos presentan los Mandamientos de la Ley de Dios. La respuesta del Pueblo será el Shemá Israel del capítulo 6: Escucha Israel, el Señor es tu Dios. La identificación de la comunidad creyente y practicante. A continuación, vendrán: el reproche de la infidelidad, el olvido de la ley con el asentamiento y la bonanza, y la vuelta al servicio y el amor a Dios por el bien común. A partir del capítulo 12 la referencia al Templo de Dios será el punto de apoyo y recordatorio de todo lo dicho hasta entonces. Incluso organizar las leyes sanitarias, cultuales y de los estamentos sociales, en especial el cuidado a los pobres, además del papel en aquella sociedad de los Profetas. En el capítulo 30 se encuentra la exhortación de escoger el camino de la vida, que diferencia la bendición de la maldición. La obra concluye con el hermoso Cántico de Moisés, quien no podrá entrar a la tierra prometida. De esta manera se abre la Historia Deutoronomista.