

Evangelista Nelly Tavarez.
Por Orlando Pimentel.-
La noche de este lunes, la evangelista Nelly Tavarez nos envolvió con su poderosa entrega en el programa Devocionales, transmitido por la emisora Semillas de Fe. Con una mezcla de enseñanzas bíblicas, reflexiones profundas y ejemplos cotidianos, Nelly nos llevó a explorar la importancia de cultivar la tranquilidad, aprender a escuchar y dominar el poder y el peligro de la lengua.
Desde el inicio, citando 1 Tesalonicenses 4:11, la exhortación fue clara: “Procura tener tranquilidad”. No como un acto pasivo, sino como una meta que demanda esfuerzo. «Tomará algo de trabajo vencer a este atrincherado hábito», decía Nelly, haciendo referencia a lo difícil que es controlar nuestros impulsos de hablar cuando deberíamos escuchar.
Uno de los momentos más conmovedores del programa fue la historia del doctor Brown en Minnesota, quien tras interrogar a la esposa de un paciente descubrió, demasiado tarde, que el hombre no podía hablar. Esta anécdota sirvió como metáfora viva sobre lo que ocurre cuando no aprendemos a escuchar con atención y empatía.
Nelly también compartió enseñanzas de su mentora, la doctora Juana Cuartesi, quien solía decir: «No soy una mujer de pocas palabras, pero vamos a conversar sobre las cosas». Esa distinción entre hablar mucho y conversar con sentido fue la clave de la noche.
Uno de los temas más impactantes fue el de la lengua indiscreta y su contraparte, la lengua silenciosa. La evangelista llevó a los oyentes por las páginas de Proverbios y el relato de Noé y su hijo Cam, explicando cómo la indiscreción puede tener consecuencias devastadoras. “Si Dios te ha mostrado la desnudez de alguien, no es para que la divulgues, sino para que la cubras con oración e intercesión”, afirmó con voz firme.
En una sociedad donde la crítica y el juicio circulan sin freno, Nelly nos recordó que el silencio no siempre es oro… pero otras veces sí. “El silencio vale oro cuando guarda sabiduría, pero no cuando se convierte en una forma pasiva de expresar ira o desprecio”, explicó, denunciando también el famoso «tratamiento del silencio» como una falta de obediencia al mandato de confrontar con amor.
El mensaje final dejó claro que dominar la lengua no significa callar para siempre, sino saber cuándo hablar y cuándo guardar silencio. “La conversación es plata, pero el silencio es oro”, repitió, citando un antiguo proverbio. Pero también advirtió: “El silencio no es oro cuando se utiliza como excusa para no confrontar con humildad y madurez”.
En una época donde todos quieren tener la última palabra, Nelly Tavárez nos propone algo radicalmente distinto: tener la palabra justa. Porque en la sabiduría del Espíritu, hablar es un arte, pero callar a tiempo… es un acto de fe.